La transición de kinder a 1° básico es un hito fundamental en la vida de los niños y niñas. Marca el inicio de su educación básica. Este paso, aunque pueda parecer sencillo, involucra adaptarse a nuevas rutinas y expectativas, lo que puede impactar significativamente su desarrollo social, emocional y académico de los niños y niñas. En nuestro país, aproximadamente 250,000 niños ingresan a 1° básico y realizan una transición cada año, lo que subraya la necesidad de implementar estrategias efectivas para garantizar una experiencia de cambio suave y positiva.
La brecha de género en educación matemática presenta múltiples facetas y que, hoy por hoy, ha captado la atención de la comunidad académica y educativa. Las diferencias en el éxito académico en matemática y la variabilidad entre países y contextos revelan la influencia de factores socioeconómicos, culturales y educativos en esta disparidad.
Cada septiembre, los establecimientos educacionales de nuestro país, se llenan del sonido de las guitarras y las voces que dan vida a la cueca, el baile nacional. Sin embargo, la enseñanza y la integración de este arte tradicional en establecimientos escolares con niños y niñas que presentan necesidades propias plantea un desafío enriquecedor, no solo en términos pedagógicos, sino también en la valoración de la diversidad.
En el contexto educativo actual, el juego ha emergido como una estrategia pedagógica esencial para el desarrollo integral de los niños. Desde la política pública para la educación parvularia en Chile, se reconoce su importancia, declarándolo una herramienta pedagógica fundamental en la implementación de los referentes curriculares del nivel. No obstante, su implementación en las aulas sigue siendo un tema de debate ya que algunos lo consideran una actividad secundaria, mientras que otros defienden su valor intrínseco en el aprendizaje.